25N22 Día contra la violencia sexista
La idea de que la educación es clave para la erradicación de los malos tratos y de toda violencia interpersonal goza de un amplio consenso social. Sin embargo, las políticas públicas vienen primando los recursos punitivos, relegando a un segundo lugar las medidas destinadas a la educación, la prevención y la implicación ciudadana.
Es hora de cambiar de rumbo, de poner realmente en primer plano la prevención, de implementar políticas educativas eficaces basadas en los Buenos Tratos. Por eso, este 25N de 2022, Día contra la Violencia Sexista, hemos vuelto a reivindicar la necesidad de educación sexual ya para disfrutar de una sexualidad libre, deseada y consensuada.
Otro año más, a través de nuestra campaña, nuestras acciones de calle y las manifestaciones y actos unitarios hemos querido transmitir la idea de que sin prevención no hay solución.
Dejamos por aquí todo lo que hemos desplegado este 25N
VIDEO: Claves para disfrutar de una sexualidad libre, deseada y consensuada:
ARTÍCULO: “Negar la educación sexual en una sociedad hipersexualizada” en El Salto Diario:
https://www.elsaltodiario.com/opinion/negacionismo-educacion-sexual-sociedad-hipersexualizada
Ferias por la Igualdad en la Universidad de Almería: El Grupo de Buenos Tratos de Acciónenred Andalucía en la UAL organizó tres Ferias por la Igualdad con el fin de sensibilizar en la construcción de relaciones interpersonales y de pareja alejadas de la violencia. Cada feria se dirigió a una audiencia diferente: alumnado de educación infantil (4-6 años), alumnado de educación primaria (7-11 años) y alumnado universitario.
Teniendo como base el trabajo en valores como libertad, igualdad, respeto, autonomía o el cuidado, la Feria por la Igualdad propone que estos sean el termómetro con el que evaluar la calidad de nuestras relaciones, el material con el que cuidarlas, solucionar los conflictos, los cimientos para asumir la diversidad de nuestras experiencias relacionales, sexuales. Todo esto se ha trabajado a través de stands temáticos que ha desarrollado el Grupo de Buenos Tratos junto con el alumnado de los grados de Educación Infantil, Educación Primaria y Trabajo Social.
Acción de calle en Granada “¡Educación sexual ya!”: Con una simpática escena de un tendedero maxi con bragas y calzoncillos con mensajes y unos pulverizadores de educación sexual nos lanzamos a la calle en Granada para conversar con las personas transeúntes, contarles nuestras reivindicaciones y conocer qué piensan. Os podemos decir que, en general, las personas con las que conversamos veían necesario abordar este tema y que la sexualidad deje de ser un tabú.
Participación en manifestaciones y actos unitarios: Tanto en Sevilla como en Granada ocupamos el espacio público un 25N más. En Granada recorrimos las calles junto al resto del movimiento feminista granaíno y miles de personas y en Sevilla participamos en la marcha nocturna y en el taconeo por el 25 aniversario del asesinato de Ana Orantes.
8M. FEMINISMO PARA TODAS
La pandemia ha aumentado las desigualdades sociales, que ya se venían agravando desde la crisis económica de 2008. Hay tres millones de personas pobres en España (con predominio de familias monomarentales y personas migrantes); la mitad de nuestros jóvenes están en paro y sigue habiendo sectores reiteradamente maltratados, como las empleadas del hogar, los colectivos jornaleros o las trabajadoras sexuales.
Os presentamos la historia de cuatro mujeres como ejemplo de los muchos retos feministas que siguen pendientes. Retos que afectan a los derechos, al reconocimiento y a los recursos socioeconómicos necesarios para poder vivir dignamente.
Nisrin y Judith son jóvenes. Puede ser que en el futuro formen parte de ese 41,4 % de personas jóvenes que no encuentran empleo y, por ser mujeres, lo tendrán peor. Concretamente Nisrin, por ser migrante, podrá ver reducidas todavía más sus ya angostas posibilidades de encontrar un trabajo, que puede llegar a ser tan precario como el del 45,4 % de mujeres de su edad. Nisrin, por adquirir la nacionalidad española, se ha librado del periplo de otras personas migrantes que, conviviendo en nuestros barrios desde hace años, viven con la amenaza de la expulsión al no poder renovar los permisos de residencia por estar en paro, tras encadenar un contrato temporal tras otro. Pero Nisrin no se ha librado de vivir en condiciones de exclusión (como viven el 28,5 % de la juventud y el 50,4 % de los hogares con migrantes), lo que puede suponer el desahucio inminente de su vivienda.
Por ello, insistimos que la formación y el empleo juvenil deben ser una prioridad inaplazable. Y lo debe ser también la atención a la pobreza y la exclusión social, que incluya la regularización de migrantes que llevan años viviendo aquí, cuidando a nuestras personas mayores o trabajando en otros empleos esenciales.
Judith es transexual. Le ha costado mucho llegar hasta aquí y poder vivirse libremente como mujer. Ha sido «la rarita» del instituto. Ha sido señalada, ha padecido acoso escolar, se ha sentido sola. Se le ha robado el disfrute de su adolescencia. Los niveles de malestar, depresiones e incluso autolesiones entre las personas jóvenes están aumentando. También las agresiones homófobas y sexistas y, en ambos casos, la orientación sexual y la identidad y expresión de género son factores de especial vulnerabilidad.
Judith hoy se siente bien y tiene la determinación de seguir luchando para el logro de retos que compartimos, como que la transexualidad deje de considerarse una patología y se afronte como la realidad social, cultural y política que es. De entrada, es esencial impartir una educación sexual que integre la diversidad sexual y de género en todas las etapas educativas y lograr el reconocimiento y los derechos de todas las personas.
Ninfa es trabajadora sexual y empleada de hogar. A pesar de ello, sus ingresos económicos no le alcanzan para vivir. Los suyos son dos de los empleos más precarios y que han salido peor parados de la pandemia, ya que no han tenido ingresos por no poder trabajar o, como ha sucedido con muchas empleadas del hogar, por haber sido despedidas. Tampoco los ERTE han aliviado su difícil situación: en el caso de las empleadas del hogar, porque frecuentemente trabajan sin contrato por conveniencia de las personas empleadoras y, en el de las trabajadoras sexuales, ni siquiera cuentan con el reconocimiento como trabajadoras, por lo que no podrían cumplir los requisitos. Ninfa, como tantas otras prostitutas, tampoco ha tenido derecho a percibir el IMV.
Apoyamos a las empleadas de hogar en su ya larga lucha reclamando derechos tan básicos como la baja por enfermedad o la jubilación. Los mismos derechos que reclaman las trabajadoras sexuales, además del reconocimiento como trabajadoras y la erradicación del estigma que las machaca a ellas, a sus familias y su entorno.
Irene trabaja en una ONG y es madre de dos peques. Ella y su pareja hacen un buen equipo, con amistades que les echan una mano, pero la conciliación se le hace cuesta arriba porque sus familiares viven lejos. La pandemia ha evidenciado lo esencial que son los cuidados y, sin embargo, siguen considerándose un asunto privado y generalmente obligación de las mujeres, madres o hijas que necesitan y tienen derecho a ser cuidadas. Irene, como tantas otras cuidadoras, estira las horas del día y los escasos recursos socioeconómicos para una conciliación que resulta imposible.
Las medidas
que se van adoptando ni siquiera atinan a paliar este grave problema. Queremos
conciliar la vida, avanzar hacia otro modelo social donde el Estado y la
sociedad civil pongan los cuidados en el centro.
Estas cuatro mujeres son un espejo en el que mirarnos. Son luchadoras decididas a no conformarse con injusticias como las que denuncian y nos interpelan a defender un feminismo que no deje a nadie atrás. Un feminismo que reconozca la diversidad de mujeres existente, que defienda los derechos de todas y particularmente los de las más olvidadas y excluidas. Un feminismo para todas, que haga de la nuestra una mejor sociedad.
Folleto para descargar:
Vídeo de la campaña:
NUESTRA ACTIVIDAD POR EL 8M
Implicados os queremos
El 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia Sexista, es una oportunidad para que toda la ciudadanía nos movilicemos contra el insoportable problema social que es la violencia sexista y que padecen mayoritariamente las mujeres.
La persistencia de la violencia de
género confirma que el sexismo tiene todavía demasiado peso en nuestra sociedad
y que legitima la subordinación y la violencia contra las mujeres y contra todas
las personas cuya orientación sexual, identidad o expresión de género no cuadre
con el rígido esquema heterosexista y binario de hombre vs mujer. Se ha
avanzado mucho en igualdad entre mujeres y hombres y tenemos mayores márgenes
de autonomía y libertad, pero las instituciones, las mentalidades y los
comportamientos siguen contaminados por ese sexismo, que nos perjudica a todas
las personas. Para avanzar, es necesario que las instituciones públicas y la
sociedad en su conjunto nos esforcemos en llevar a cabo las transformaciones
socioculturales necesarias.
Caminando en esa dirección, desde acciónenred
Andalucía nos dirigimos en esta ocasión a los chicos. No os quedéis rezagados,
os necesitamos implicados y participando en las movilizaciones. En ellas exigiremos
a las administraciones públicas que adopten políticas preventivas, como la educación
sexual en todas las etapas educativas, cuya implantación por mandato
legislativo se viene incumpliendo sistemáticamente a pesar de saber que es una
herramienta clave para erradicar la violencia de género.
Por eso, animamos específicamente a
los chicos a defender con complicidad los Buenos Tratos y unas mayores cotas de
igualdad y libertad, pues tienen tanto que ganar como las chicas y el conjunto
de la sociedad. La mayor implicación de los hombres ayudará además a demostrar que
la mayoría no maltrata a nadie y contribuirá a desmontar los estereotipos
sexistas y las perversas lógicas esencialistas que atribuyen a las mujeres la categoría
de víctimas y a los hombres la de victimarios por definición, ignorando el
problema estructural que sostiene y alimenta esas conductas.
Necesitamos que los hombres sigan comprometiéndose con el feminismo, a favor de una sociedad sin violencia sexista, más igualitaria, sin imposiciones heterosexuales ni de género y con mayores márgenes de autonomía personal y de libertad. Solo sumando voluntades de unos, otras y otres podremos avanzar. Por eso, implicados e implicadas nos queremos.