Enredos feministas: inauguramos otro espacio de reflexión
16-enero-2020
El pasado 16 de enero inauguramos un nuevo espacio de debate
feminista crítico en el que participaron más de 45 personas.
Pretendíamos responder a la necesidad
de que existan lugares de diálogo que vayan más allá de los que
encontramos en el feminismo hegemónico.
Nuestra intención es que sea un lugar de encuentro, para compartir ideas, para reflexionar con libertad sobre temas que vemos de interés o que son de actualidad en el feminismo, donde todas las personas son bienvenidas, independientemente de su sexo, identidad de género, expresión de género... Otro de los objetivos de este espacio es escuchar y atender las reflexiones de las personas más jóvenes por lo que su presencia en este espacio adquiere especial relevancia.
El debate giró en torno al sujeto feminista. Puede parecer una
discusión meramente teórica o retórica, pero desde acciónenred
pensamos que es un debate importante y necesario a la hora de
construir un movimiento y una agenda feminista inclusivos.
Reflexionamos sobre muy diversos temas y preguntas que nos surgían
en torno a este tema como ¿quiénes forman parte del sujeto
feminista?, ¿tomamos solo en cuenta el sexo biológico o vamos más
allá y miramos hacia una agenda de reivindicaciones compartidas? ¿de
qué tipo de sujeto hablamos: histórico, identitario, de derechos?
¿qué papel juegan las identidades? ¿cuál es el papel de los
hombres? ¿quiénes se ven afectados por
el sexismo? o ¿cuáles son los aspectos positivos y “negativos”
de los espacios segregados y no segregados? En las intervenciones,
también se expresaron vivencias de activismo (mujeres migrantes,
hombres, mujeres transexuales…) que enriquecieron mucho el debate.
Queremos dar las gracias a todas las personas que asistieron y esperamos volver a vernos en la siguiente sesión.




EDITORIAL: Defender la cultura del diálogo
18-diciembre-2019
Existe
un relato recurrente que establece la capacidad de alcanzar consensos políticos
como una cualidad de nuestro sistema democrático actual, al menos en sus
orígenes, en la transición. En virtud de esa interpretación, nuestra democracia
hizo gala de unas altas dosis de consenso y capacidad de acuerdos para, en
aquellas circunstancias, construir un escenario político nuevo, de carácter
democrático, acorde a los intereses generales de diferentes sectores de la
sociedad española.
Al
margen de la consideración que nos suscite esa visión, lo cierto es que una
mirada a los procesos electorales en España señalan más bien una tendencia a la
configuración de mayorías absolutas propensas a la constitución de ejecutivos
que pudieran gobernar con las manos libres durante sus respectivas legislaturas,
alejándonos así de las dinámicas del acuerdo y la negociación política en el
comienzo y desarrollo de las legislaturas. Ya sea porque el resultado de las
elecciones dio de por sí la mayoría absoluta a una candidatura determinada, o porque
se produjeron pactos previos con formaciones minoritarias del ámbito de alguna
comunidad autónoma, lo cierto es que la aspiración de los partidos ha sido
siempre la de configurar mayorías absolutas preestablecidas a priori, que no
exigieran acuerdos posteriores en el conjunto de los asuntos del Estado.
Esta
aspiración resulta cada vez más difícil de alcanzar, a tenor de resultados de las
últimas citas electorales. La ruptura del bipartidismo con la irrupción de
nuevos partidos en el tablero político ha puesto en evidencia la necesaria
recuperación de esta cultura del consenso para alcanzar la gobernabilidad. En
ese sentido, los hechos acontecidos a lo largo de los últimos meses han puesto
de relieve una preocupante ausencia de cultura política en lo que respecta a la
capacidad de acuerdos y logro de consensos para los asuntos de interés general.
Esto ha dejado en desamparo a los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad,
ante la imposibilidad de realizar políticas que afronten los problemas
cotidianos de importantes grupos sociales, que demandan atención.
Particularmente preocupante resulta la inacción institucional en materias como
pensiones, asilo y refugio, educación, violencia sexista, sanidad o emergencia
climática, entre otras. La sensación en gran parte de la ciudadanía es que podría
existir un acuerdo amplio en torno a necesarias y urgentes medidas sociales,
pero éstas se han aparcado en aras de la búsqueda de mayorías electorales cuasi
absolutas o cálculos electoralistas, pareciendo que se hubiera olvidado el
verdadero significado de la negociación política o la práctica parlamentaria.
Esta
práctica cortoplacista, huidiza de los pactos con quienes no piensan exactamente
como tú o no aceptan tus reglas, no tiene sólo consecuencias prácticas sobre
los problemas cotidianos de la gente. La ausencia de diálogo tiene que ver
también con las dificultades para llegar a amplios consensos sociales sobre
cuestiones de fondo o relevantes para la mayoría social, lo que supone un claro
indicador de la calidad democrática de nuestro sistema político. Nos referimos
a cuestiones como la educación integral, la dependencia, las políticas de
reconocimiento y articulación territorial del Estado, el sistema de pensiones, el
papel de la religión en el espacio público, el propio sistema electoral, etc.
Estas dificultades revelan, a su vez, los obstáculos para construir imaginarios
compartidos por valores comunes para el conjunto de la sociedad, que le den
solidez y estabilidad. La falta de diálogo político permea en la sociedad,
produciendo cada vez una mayor polarización, acrecentando la confrontación en
detrimento de la convivencia y condenando nuestra vida democrática a un continuo
estado de interinidad y crispación donde todo vale (mentir, distorsionar la
realidad, prevalencia de los intereses partidistas sobre los del conjunto de la
sociedad, ausencia de autocrítica).
Las noticias de un rápido, e inconcluso aún, acuerdo para un gobierno de coalición entre el PSOE y Unidad Podemos podrían señalar una incipiente ruptura en esta dinámica. A la espera de conocer el desenlace de esta ya larga historieta, nos parece positivo que distintos actores políticos reconozcan la necesidad de llegar a acuerdos basados en políticas que tengan como objetivo llevar a cabo las medidas económicas y sociales necesarias. Es hora de reconocer que la política en beneficio de la sociedad implica necesariamente dialogar entre diferentes para llegar a acuerdos comunes para el conjunto de la ciudadanía.
Diciembre 2019
Dosier sobre el derecho a decidir al final de la vida
La libertad para decidir el final de nuestra existencia siempre ha sido uno de los temas tabús de nuestra sociedad. Desde Ramón Sampedro hasta Ángel y María José recientemente, hay muchas personas (enfermos y facultativos) que esperan que salga adelante una ley, que ahora mismo está en el Congreso, que ampare y proteja a las personas que deciden poner por voluntad propia fin a su vida.
Diciembre 2019



