8M23 #SoyFeminista. Sin sexismo se vive mejor

Cada persona es única e irrepetible; todas somos diversas pero iguales en reconocimiento y derechos. Este es el feminismo inclusivo que defendemos. Para ello, buscamos transformar este sistema que sostiene y legitima el sexismo, el racismo y las desigualdades sociales.
¿Te comprometes para que todas las personas puedan vivir mejor?

Soy Daniela. Soy trans. Quiero volver a emocionarme viendo a toda la gente en las calles reclamando más feminismo. Quiero revivir la ilusión de poder hablar sobre cómo el sexismo nos perjudica a todes sin temor a que se nos juzgue por nuestras opiniones o a caer en un bando político u otro. Quiero un feminismo inclusivo y transformador.#SoyFeminista

Soy Omar. Soy español, nací en Marruecos. No me gusta ir de macho alfa peleando todo el rato en el insti. Lo que sí me gusta es cuidar a mis amigos. Soy feminista porque quiero ser libre para elegir cómo quiero ser hombre o cuál es mi opción sexual sin presiones. #SoyFeminista

Soy Ana. Participo en un voluntariado dando clases de apoyo escolar a alumnado migrante, donde se apuesta por la coeducación. Odio el racismo. Quiero que se trate en igualdad a todo el mundo, sin discriminaciones, sea cual sea su origen étnico, su edad, su género… Soy feminista porque quiero que todas las personas puedan vivir mejor. #SoyFeminista

Soy Saray. Mi abuela y mi madre lo tuvieron muy difícil. Gracias al feminismo yo soy más libre. Defiendo la educación sexual para evitar agresiones y también porque no quiero que ninguna mujer se sienta culpable con su deseo sexual, como le pasó a mi madre. #SoyFeminista

Soy Leo. Yo lo que quiero es una vida “normal”: encontrar un trabajo en condiciones, una casa en la que poder formar una familia. Una vida sin tanta angustia, sin listas de espera para que me atiendan psicológicamente. Con buenos tratos, donde no importe tu género, ni tu cuerpo, ni tu clase. Con más igualdad y libertad para poder desarrollar las potencialidades que todas las personas tenemos. #SoyFeminista
Este 8M22 recuperamos las calles
10-marzo-2021
Este 8M, Día
Internacional de las Mujeres, hemos querido mostrar la historia de cuatro
mujeres como ejemplo de los muchos retos feministas que siguen pendientes y,
por supuesto, como ejemplo de mujeres luchadoras decididas a no conformarse con
injusticias como las que denuncian.
Estas mujeres
son un espejo en el que mirarnos y nos interpelan a defender un feminismo que
no deje a nadie atrás. Un feminismo que reconozca la diversidad de mujeres
existente, que defienda los derechos de todas y particularmente los de las más
olvidadas y excluidas. Un feminismo para todas, que haga de la nuestra una
mejor sociedad.
Para ello
hemos llevado a cabo la campaña “Feminismo para todas” (podéis verla aquí)
y hemos vuelto a ocupar el espacio público que la pandemia nos arrebató. Hemos estado
en Granada y Sevilla con la acción “Feminismo para todas” con la intención de
mostrar las cargas que estas mujeres tienen en su día a día y algunas reivindicaciones
y posibles soluciones para mejorar sus situaciones. Asimismo, hemos estado en
la Universidad de Almería con la Feria por la Igualdad por la que pasaron unas
500 personas para reflexionar de forma distendida sobre igualdad, sexualidad,
feminismo… Y, como todos los años, hemos participado en las manifestaciones que
han organizado los espacios unitarios.
Este año ha
supuesto un subidón de energía: hemos vuelto a las acciones de calle, a charlar
con la gente y a celebrar lo conseguido y reivindicar los retos pendientes rodeadas
de miles de personas. ¡Sigamos!
Os dejamos un breve vídeo resumen:
8M Día de las Mujeres: MÁS FEMINISMO, MÁS DEMOCRACIA, ¡MÁS MEJOR!
2-marzo-2020
Este 8 de marzo el movimiento feminista, junto con organizaciones sociales y humanitarias, vuelve a manifestarse para reclamar más igualdad, más libertad y más justicia social.
Ya está bien de precariedad laboral y de salarios bajos. Es hora de exigir unas políticas públicas de creación de empleo y de lucha contra la pobreza, que alcanza, en particular, a tantos menores y familias monoparentales. Estas políticas que demandamos han de estar orientadas especialmente a los colectivos más excluidos, como las trabajadoras domésticas y cuidadoras a domicilio, las migradas, las gitanas, las trabajadoras sexuales, las transexuales…
Una vez más, este 8 de marzo decimos basta a un modelo social que exige a las mujeres ser superwoman, haciendo recaer sobre ellas en exclusiva el trabajo doméstico y los cuidados de los hijos y de las personas mayores. Exigimos medidas de conciliación entre la vida laboral y la familiar, como permisos de paternidad/maternidad más largos e intransferibles, aumento y promoción de la red de escuelas infantiles públicas (especialmente de 0 a 3 años), comedores y servicios de apoyo al cuidado de hijos e hijas y dotación real de más recursos a la Ley de Dependencia. Medidas que son imprescindibles para avanzar hacia un nuevo modelo social más igualitario y humano en el que mujeres, hombres y todas las personas nos corresponsabilicemos de los cuidados y compartamos tareas y tiempos.
Mostramos de nuevo nuestro profundo rechazo a todas las violencias interpersonales. Decimos ¡basta! a la insoportable violencia sexista contra las mujeres o contra personas que no se someten a la norma heterosexual (gais, lesbiana, bisexuales, asexuales…) o a la imposición binaria de género (transexuales, intersexuales, etc.). Reiteramos que la única manera eficaz de acabar con estas violencias es la educación. Una educación que prevenga la violencia sexista, pero que también esté encaminada a reparar el daño ocasionado a las víctimas y a reeducar a las personas que han perpetrado la agresión. Una educación integral, basada en los derechos humanos, que incluya la sexualidad (eterna asignatura pendiente en nuestro país) y que permita ampliar la autonomía y los márgenes de libertad de las personas. Una educación que sea respetuosa con las distintas formas de vivir la sexualidad y la diversidad de orientaciones sexuales e identidades y expresiones de género. La educación ha estado siempre en el punto de mira de la derecha. En el pasado, el PP logró suprimir la asignatura de Educación para la Ciudadanía y, en la actualidad, la Junta de Andalucía intenta imponer el veto parental, es decir, que los progenitores puedan impedir que su hija o hijo reciba en la escuela educación sobre las normas de convivencia de las que nos dotamos. El veto parental es un grave atentado al derecho de los niños y niñas a ser educados en los valores de igualdad y libertad consensuados en nuestra sociedad. Asimismo, supone una agresión a la escuela pública, que es la encargada de garantizar el aprendizaje de dichos valores y normas. Por ello, este 8 de marzo queremos denunciar las pretensiones sexistas, racistas y antidemocráticas de una extrema derecha rancia que presiona para debilitar nuestros consensos y erosionar una no muy boyante cultura democrática.
Por todo lo anterior, resulta imprescindible la defensa de una cultura de igualdad, libertad, solidaridad, respeto a la diversidad y pluralidad que alimente el diálogo y el afrontamiento pacífico de los conflictos como cemento de nuestra convivencia. Son mejoras, no solo para las mujeres, sino para toda la sociedad. Por eso, sobran los motivos para que unas y otros nos sumemos a las movilizaciones que propone el movimiento feminista y contribuyamos a esa mejor sociedad, más democrática y justa.



